Queridos amigos, el tema de hoy es “La debilidad interior como barrera para alcanzar la madurez emocional” y va dedicado con mucho cariño para Francisco, Jhony, Katerinne y Mercedes, quienes esperan este post.
Con el transcurso de los años, cada quien puede lograr ser mejor persona cada día y transmitir paz, mientras que con otras, ocurre todo lo contrario, parecen retroceder y transmitir deshonestidad consciente y necedad.
Sin embargo, todo tiene un porqué y para qué, que desde Zéfiro los invito a develar.
Perfil de una persona débil interiormente
1.- Carece de autenticidad: Una persona no es auténtica cuando no sabe manejar sus emociones. Por ejemplo, si es susceptible a la crítica tomará todo a mal y procederá por impulso, con deseo de venganza ante lo que sea y tiene serios problemas para reconocer errores.
Una persona que no es auténtica se deja guiar por el consejo de una o muchas personas ante los problemas y suele hacer las cosas buscando aceptación y aprobación, su mente vive atada a la idea de que si no es reconocido (a) en algo, se siente frustrado e infeliz, no existe la convicción del hacer con dicha y hacer por servir.
2.- Posee traumas no sanados y carece de humildad para elegir sanarlos: Por ejemplo, si una persona es conflictivo (a) o desde el otro extremo, posee un actitud pasiva en la vida y suelen decirse a sí mismos que el resto es el problema y se deben adaptar a sus debilidades, sin duda que con los años, este tipo de gente comete errores garrafales, como por ejemplo perder la confianza de las personas, respeto y sentirse infeliz, atrapado en situaciones repetitivas a las cuales jamás encuentra solución porque en realidad jamás ha buscado mirarse con humildad.
Un caballero me contaba que tenía terror a las confrontaciones, que prefería esperar que las cosas solo pasen y escuchar un mínimo tono de voz alto le causaba dolores de estómago y tartamudez. ¿La razón?: Su padre fue agresivo con él y sus hermanos siempre, pero por ser el mayor, lo agredió siempre físicamente, le decía inútil, bueno para nada y desvergüenza del hogar. Este caballero fue víctima del dolor inmerecido, pero en su caso, no se volvió más fuerte, cayó en depresión, miedos irracionales y personalidad pasiva dependiente con su pareja, la cual hoy vive de maltratarlo con tonos despectivos como su padre y conflictos inagotables.
Dicho caballero era incapaz de reclamar algún derecho, algo tan sencillo como en un grifo si el vendedor lo trataba mal, parecía preferir huir siempre de darse su lugar y vive hoy sin dignidad, apagado, ansioso y enfrascado en actividades rutinarias donde puede evitar afrontar la realidad.
Otras personas han hecho del dolor inmerecido que han vivido la razón de su irritabilidad en sus días, intolerancia con el prójimo y necesidad de humillar para sentirse superior.
3.- Carece de valores elevados: Nadie da lo que no tiene ni aprendió y hay quienes hacen de la conciencia solo un eco, jamás un motivo para guiar el interior.
Solo aquella persona que agradece su procedencia divina, la reconoce como incentivo para hacer de sus días un camino hacia la sabiduría y procede como enseña el creador, será fuerte y mantendrá valores elevados como convicciones inscritos en el interior.
Una persona débil es capaz de mentir una y otra vez, hallará siempre una justificación para su incorrecto proceder, carece de escrúpulos, vestirá su personalidad según el grupo social y la ocasión, el ego será su motor de vida y sin darse cuenta, el verdugo de sus días y razón de sus mayores desgracias.
4.- Egoísmo perpetuo: Una persona débil por dentro será egoísta consciente, se centra en su “Yo”, en lo que su ego le pide, carece de escrúpulos y en incapaz de ponerse en el lugar del “Otro” porque su intolerancia a la frustración es alta y reconocer un error sería caer en el ridículo, situación que considera humillante y preferirá echarla la culpa al resto antes que dar su brazo a torcer.
5.- Carencia real de voluntad y fuerza para alcanzar sueños: Las personas débiles pueden además dejarse abatir con facilidad, vivir paralizados, en vidas rutinarias, imaginando sueños e incluso hablando de ellos, pero dando vueltas en círculos y buscando cada día un nuevo motivo para errar y lanzar el tiempo al vacío.
Al respecto siempre recuerdo un proverbio chino que dice “Las grandes almas tienen voluntades, las débiles, solo deseos” y me refiero a todas estas personas que viven quejándose del caos en que viven, lamiendo las heridas, sin avanzar, sin orden, sin decisiones y trasmitiendo solo energías bajas por su notoria infelicidad y carencia de metas reales.
6.- Prisioneros del ego: Piensan en el “qué dirán”, necesitan ganar siempre, buscan dominar, controlar, poseer, lucir y mentirse a sí mismos, porque en el fondo, la profunda inseguridad que sienten a todo instante, los impulsa a usar máscaras para cada ocasión y necesidad de sentir omnipotencia.
Un ególatra es incapaz de aceptar el rechazo, olvido y reemplazo, emociones que lo hacen obsesivo, manipulador, inescrupuloso y sobre todo, inconsciente. Un ególatra es incapaz de proceder con bondad porque cree que los demás deben entenderlo primero, porque se cree merecerlo todo y busca ser el centro.
Un ególatra no es leal con nadie, porque para empezar, no puede serlo ni consigo mismo. Por tanto, sus relaciones interpersonales más importantes serán caóticas y serios problemas para denotar un tipo único de personalidad.
7.- Carencia de honestidad en la expresión: Una persona débil emocionalmente es capaz de todo y quien débil camina, un discurso falaz proclama. No se le puede creer nada, porque tal vez tenga una versión distinta de algún episodio o muchos.
Y quien deshonesto camina, es capaz de las más atroces bajezas porque carece de espiritualidad.
Como ven, la debilidad interior es una decisión, porque quien desea honrar el regalo de vida otorgado por el creador, buscará sabiduría, la cual implica cultivar la elevada espiritualidad para ser, servir y trascender, así como amar como enseña la divinidad.
8.- Ausencia de bondad y falta de respeto al prójimo: Solo una persona débil por dentro es capaz de faltar el respeto al prójimo una y otra vez, poniendo en primer lugar sus preferencias y deseos.
Una chica de 28 años me contaba destrozada y llorando que había caído en la ingenuidad del creerle a un hombre casado el hecho de que estaba separado y luego supo que no solo mantenía su matrimonio y doble vida. La chica tenía baja autoestima, carente de dignidad y sin fuerza para amarse y proceder con la fuerza y determinación de las reales damas que no aceptan bajezas ni propuestas que las manchen.
Me decía llorosa “Dime por qué me pasó esto a mí”. Y yo le conteste: “Si quieres reponerte y dejar esto atrás debes aprender a pensar con la dignidad que te otorgó el creador y preguntarte ¿Qué daño le has hecho tu a este señor para que elija usarte, faltarte el respeto e intentar robarte el futuro provechoso que mereces?. La chica me contestó: “Yo no le hice nada, he sido solo una estúpida ignorante” y respondí: “Si hoy reconoces que no has procedido como lo hace una dama genuina, jamás volverás a permitir que alguien imagine que puede doblegar tu fortaleza interior y desarrollarás la sana aversión por aquellas personas oscuras conscientes”.
9.- Cobardía y bajeza: Ser cobarde es la necesidad de usar máscaras constantemente por temor de ser auténtico. Una persona cobarde posee en el fondo el ego más elevado que existe porque se negará conscientemente a reconocer una verdad o muchas, afrontar un problema o muchos y siempre elegirá ser como los reptiles y gatos, rastreros, siempre intentando hacer las cosas por lo bajo, escondiendo la cara y la mano, justificando su proceder y negando hasta dejarse matar aquello evidente.
Y considero que una persona cobarde es como decía mi abuela, puñal seguro y capaz de las bajezas más grandes contra su prójimo.
Un cobarde no tiene escrúpulos, no posee ética, es torpe en la expresión verbal y no verbal, predecible, absurdo y sobre todo, egoísta. Y digo egoísta porque el cobarde jamás sería capaz de ser limpio, porque le resulta cómodo vivir en deshonestidad, la misma que le permite alcanzar sus fines con quienes ingenuamente confían en él (ella)
Millones de personas se lamentan del daño que han recibido de personas débiles por dentro, pero siempre les diré que cuando aceptan las esencias de cada quien, nada sorprende, la compasión crece por este tipo de personas.
Queda dejar al cielo operar y reconocer todas las maravillosas bendiciones que cada día el creador brinda a los hombres fuertes y de fe, como la protección, las puertas necesarias abiertas, las almas afines cercanas, el amor genuino como premio y sobre todo, la mirada limpia para caminar con la cabeza en alto, libre para ser y crecer.
Escuchaba el testimonio de otra persona que me decía: “Mi hermano me odia, me ha robado en mi propio negocio, se ha llevado toda mi inversión, no entiendo la razón, yo lo ayudé en todo”. Entonces conteste: “A veces hay gente como tú que se parecen a las estrellas, brillan con luz propia y para el débil es causa de envidia, y cuando hay envidia, el mal opera sin conciencia, porque su propósito es solo destruir y hacerte creer que no vales nada y dejarte destruido sin posibilidad de volver a empezar”.
Una persona fuerte aprende del dolor inmerecido, sigues las enseñanzas de la divinidad y aunque su prójimo camine con necedad, jamás ha de imitarlo ni pagar con la misma moneda. Y siempre diré que las personas débiles aparecen en la vida de las personas fuertes para aumentar su sabiduría.
Y para dejar de ser débil el único camino es hacerse cargo de sus debilidades, de la necedad, buscar ayuda profesional y sobre todo, espiritual y recordar que cada quien vivirá lo que merece y de nada vale llegar a viejo dando buenos consejos que parten del fracaso constante, vales los consejos de quien aprendió del fracaso y es exitoso desde el interior.
Recuerden queridos lectores, que jamás podrán librarse de toparse con personas débiles en cualquier arista: familia, vida profesional, vida afectiva e incluso en circunstancias momentáneas, porque las pruebas del fe en el camino pulen el interior de las personas especiales y más fuertes para servir, amar y trascender.
Ahora les dejo esta canción que me parece el himno para todo este tipo de personas. La letra es sencillamente, la radiografía de cómo son por dentro. Espero les agrade y acompañe.
Que tengan una linda semana, ángeles para el camino, chispitas de luz para sus proyectos
Manjari (Bendiciones)